En esta ocasión: sentada en una banca del terminal de buses de Valdivia. Todos pasan. Gente seria, gente que busca, que piensa en algo, que camina por caminar en un lugar cerrado. Personas conocidas, desconocidas que se interceptan pero en su mayoría no se unen. El que va. La que viene. Los que regresan. Los que no volverán. Cada uno con su cargamento. Unos juegan, pero pronto se retirarán de ello. El que mira. La que se sienta. Los que hablan. Los que gritan. Los que no derrochan palabras. Y los que se unen al frío con un centella. La pareja de la historia con las sienes nevadas. Y la espera. El raro. La rara. Los complementarios. El vicioso en lugar público no autorizado. Los que hace tiempo no se veían. El trabajolico. El pasillo vacío. La llamada de un gay encubierto que vive en valdivia y estudia medicina. El chascón. El repetido. La espera. El que camina raro. La nostalgia. Y por fin una sonriente. Son pocos los que sonrien al pasar.
Y emprendo mi camino en busca de mi madre para viajar a donde no hay más que haacer que pasarlo biien y mal.
La vida no me deja de atrapar con sus idas y venidas...
*animales de costumbres...