martes, 14 de junio de 2016

Gracias totales.

Porque en ocasiones es bueno dar las gracias. A todos. A aquellos que siempre se han hecho presentes, amigos de mi mamá y de mi papá, que aún preguntan cómo estamos, qué es de nuestras vidas. A mis amigos incondicionales de toda una vida, ellos saben quienes son. Siempre en todas. En sonrisas y en lagrimas. A los amigos que han aparecido en el camino, personas hermosas que se han cruzado para establecer un lazo. Muchas buenas personas de las que he aprendido bastante. A mi familia, gracias por ese apoyo, por acompañarme siempre e impulsarme a soñar y cumplir los sueños volando con mis propias alas. Porque me he dado cuenta que por muy sola que pueda estar, jamás me ha faltado cariño. Nunca me ha faltado una sonrisa que me entregue la energía que a veces se nos olvida que tenemos. La vida requiere, en momentos, ese empujoncito. Y por supuesto a aquellas personas que inconsientemente nos hacen sufrir y a los que lo hacen a propósito, porque de todo se aprende. Y porque éstos detalles nos hacen más grandes. "Gracias a la vida que me ha dado tanto"