"Cuando me dices "No te comprendo", es un elogio que va más allá de mi valer y un insulto que no mereces".
(Khalil Gibran)
lunes, 22 de junio de 2015
lunes, 8 de junio de 2015
A primera vista
"Cuando no tenía nada, deseé.
Cuando todo era ausencia, esperé.
Cuando tuve frío, temblé.
Cuando tuve coraje, llamé.
Cuando llegó carta, la abrí.
Cuando escuché a Prince, bailé.
Cuando el ojo brilló, entendí.
Cuando me crecieron alas, volé.
Cuando me llamó, allá fui.
Cuando me di cuenta, estaba ahí.
Cuando te encontré, me perdí... "
Extracto canción A primera vista versión Pedro Aznar; me encanta esa parte... solo esa parte.
miércoles, 3 de junio de 2015
CREDO (Gabriela Mistral)
Creo en mi corazón, ramo de aromas
que mi Señor como una fronda agita,
perfumando de amor toda la vida
y haciéndola bendita.
Creo en mi corazón, el que no pide
nada porque es capaz del sumo ensueño
y abraza en el ensueño lo creado:
¡inmenso dueño!
Creo en mi corazón, que cuando canta
hunde en el Dios profundo el flanco herido,
para subir de la piscina viva
recién nacido.
Creo en mi corazón, el que tremola
porque lo hizo el que turbó los mares,
y en el que da la Vida orquestaciones
como de pleamares.
Creo en mi corazón, el que yo exprimo
para teñir el lienzo de la vida
de rojez o palor, y que le ha hecho
veste encendida.
Creo en mi corazón, el que en la siembra
por el surco sin fin fue acrecentado.
Creo en mi corazón siempre vertido
pero nunca vaciado.
Creo en mi corazón en que el gusano
no ha de morder, pues mellará a la muerte;
creo en mi corazón, el reclinado
en-el pecho de Dios terrible y fuerte.
que mi Señor como una fronda agita,
perfumando de amor toda la vida
y haciéndola bendita.
Creo en mi corazón, el que no pide
nada porque es capaz del sumo ensueño
y abraza en el ensueño lo creado:
¡inmenso dueño!
Creo en mi corazón, que cuando canta
hunde en el Dios profundo el flanco herido,
para subir de la piscina viva
recién nacido.
Creo en mi corazón, el que tremola
porque lo hizo el que turbó los mares,
y en el que da la Vida orquestaciones
como de pleamares.
Creo en mi corazón, el que yo exprimo
para teñir el lienzo de la vida
de rojez o palor, y que le ha hecho
veste encendida.
Creo en mi corazón, el que en la siembra
por el surco sin fin fue acrecentado.
Creo en mi corazón siempre vertido
pero nunca vaciado.
Creo en mi corazón en que el gusano
no ha de morder, pues mellará a la muerte;
creo en mi corazón, el reclinado
en-el pecho de Dios terrible y fuerte.
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